lunes, 2 de septiembre de 2013

Palabras para mi padre.
El 20 de julio falleció mi padre.
Estas son las palabras que le dirigí en la acción de gracias en la eucaristía que tuvimos familiares y amigos:
Queremos darte las gracias en esta eucaristía, porque nosotros, a pesar del dolor, nosotros celebramos la vida. Porque lo peor de todo, a pesar del dolor y la tristeza, lo peor de todo, no es la muerte.
         Lo peor hubiera sido, no haber compartido y dado la vida. Los setenta y tres años de la vida de Jesús; los cuarenta y cinco años de casados, con sus momentos buenos y los malos; y los treinta y cuatro, treinta y ocho, cuarenta y dos y cuarenta y tres de sus hijos, aunque hay quien no sabe lo que esto significa.
         Lo peor de todo hubiera sido no ser tan querido por la familia, por sus hermanas, por sus sobrinos, por sus nietas, y por tantas personas que le fueron cercanas.
Lo peor hubiera sido no compartir la amistad de los amigos, las anécdotas, los chistes, las cartas, los buenos momentos en torno de una mesa… Gracias por los amigos con los que Jesús compartió tantos ratos divertidos y por los amigos que le siguieron viendo cuando empezó a estar enfermo.
         Por eso podemos darte gracias, por la vida, por el amor, por la familia, por la amistad…
         Porque después de todo hemos aprendido una hermosa lección y es que si Dios nos ha creado y nos ha creado por amor, entonces nos ha creado para siempre, porque el amor, el de verdad, es eterno.


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